La obesidad es el problema nutricional más frecuente en el mundo occidental, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alcanzado proporciones epidémicas a nivel mundial, muriendo cada año al menos 2,8 millones de personas a causa de obesidad o sobrepeso. Pero sobre todo, lo más alarmante es, si cabe, el aumento de la obesidad infantil que, manteniendo las tendencias actuales, podría llegar a la escalofriante cifra de 70 millones de lactantes y niños pequeños con obesidad o sobrepeso en 2025.

Actualmente nos encontramos en un ambiente obesogénico, es decir, existen infinidad de influencias del entorno que favorecen la obesidad: anuncios televisivos, alimentos procesados más baratos y ‘’más a mano’’ en el supermercado, expansión de cadenas de comida rápida al alcance de todos etc.

De hecho la obesidad ya no solamente se da, como ocurría hace unos años, en los países de altos ingresos, sino también en los países de medios y bajos ingresos, lo que supone un gran problema de salud pública.

¿Qué es la obesidad?: “Estado patológico que se caracteriza por un exceso o una acumulación excesiva y general de grasa en el cuerpo. Ésto principalmente ocurre cuando hay una ingesta de energía mayor a su gasto

No es cuestión de alcanzar un estereotipo (figura estilizada impuesta por la sociedad), sino de combatir todas las gravísimas consecuencias que acarrea para la salud, destacando principalmente:

• Hipertensión arterial

• Diabetes mellitus tipo II

• Enfermedades coronarias

• Algunos tipos de cáncer

• Muerte prematura

Hay que tener en cuenta que no solamente influye llevar un estilo de vida poco saludable, alimentación inadecuada + vida sedentaria, sino que también se ven involucrados factores genéticos, metabólicos y ciertas enfermedades. Diferentes estudios demuestran que los hijos de padres obesos tienen un mayor riesgo de sufrir obesidad, en parte debido a los hábitos alimentarios y estilos de vida sedentarios que inculcan a los hijos.

¿Cómo combatir la obesidad?
En caso de personas con obesidad mórbida, la que acarrea una minusvalía para la persona que la padece, podría estar indicado el tratamiento quirúrgico paralelamente a un tratamiento nutricional a largo plazo personalizado.
En el caso de personas que todavía pueden mejorar su estado sin necesidad de cirugía, lo ideal es implantar, siempre poniéndose en manos de un equipo multidisciplinar y cualificado, un plan dietético a largo plazo, este ha de ser hipocalórico para que la ingesta nunca sobrepase al gasto calórico, tendrá que ser equilibrada, variada, y no olvidando jamás que tendrá que ser individualizada.
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Bibliografía

Chiprut R, Castellanos A, Sánchez-Hernández Cinthia, Martínez-García D, Cortez E, Chiprut R y Del Conde Ovadía P. La obesidad en el Sigo XXI, avances en la etiopatogenia y tratamiento. GacMédMéx 2001;137(4):323-334.

Organización Mundial de la Salud. Página web: http://www.who.int/es